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Yharnam es la ciudad donde los eventos de la Cacería tienen lugar.

Descripción

Yharnam es una amplia ciudad construída al borde de la costa. Su grandeza tanto arquitectónica como espacial ha hecho de Yharnam el centro religioso de peregrinación más importante del mundo conocido.

Diseñada en círculos concéntricos a partir de las antiguas ruinas, Yharnam fue construída en forma cónica y desplazada hacia el mar, siendo el Distrito de la Catedral el más favorecido tanto en arquitectura como en calidad de las viviendas.

La piedra, principal elemento de construcción, es el componente básico de la parte interior de la ciudad, mientras que en su periferia, los materiales empleados son endebles como la madera y el yeso.

Yharnam es una ciudad plenamente gótica e industrial. Los parques de piedra y la abundancia de esculturas religiosas dejan clara su afiliación con la Iglesia de la Sanación, cuyo centro de mando se encuentra en el Distrito de la Catedral Superior.

El elemento más conocido del paisaje yharnamita es la Torre de la Catedral, una Torre de Reloj conocida como Torre del Reloj Austral cuyas campanadas alcanzan todos los distritos circundantes al templo. Su organización en distritos abalconados hace mucho más evidente las desigualdades entre los distintos estratos sociales y el simbolismo es un elemento constante en su arquitectura. Imágenes de dioses y criaturas demoniacas adornan las calles superiores. El ornamento aumenta cuanto mayor el nivel económico, dejando los distritos inferiores con apenas adornos y ornamentos.

Historia

Fundación (Reinado Pthumerio)

La fundación de Yharnam, como la de muchas otras ciudades, está rodeada de misterio en el cual se mezclan leyenda y realidad.

Yharnam, conocida previamente como Pthumeru, fue un reino próspero de una antigua raza descendiente directa de los Grandes. Durante su ocupación, Pthumeru se expandió a lo amplio del antiguo bosque, fundando pequeñas aldeas que unidas conformaban una alianza real. Todas ellas formaban un arco que rodeaba el Lago Lunar, un lago de agua dulce en el interior del bosque.

Durante el periodo Pthumerio, los Grandes y los humanos formaron alianzas. Los Grandes le darían el secreto de la inmortalidad a los pthumerios a cambio de que estos sirviesen como receptáculo de sus vástagos. Así, el pueblo pthumerio abandonó su humanidad y empezó a venerar el poder de la Sangre de los Grandes. Para ello, nombrarían reina a la mujer que engendrase en su vientre al hijo de los Grandes. Yharnam, la reina primigenia, fue quien recibió dicho honor y recibió en su vientre al hijo del Grande Oedon, el más antiguo de todos.

Su reinado estuvo lleno de luz. Con ella, Pthumeru sirvió a los dioses y la ciudad creció, evolucionó y desarrolló una tecnología moderna y aumentó su población. La reina Yharnam fundó una liga de soldados entrenados para defenderla, unas armas letales y fieles a ella y a su hijo. Así surgieron la primera generación de Sombras de Yharnam.

La Caída de Pthumeru

El pueblo de Pthumeru, tras conocer las verdades del Cosmos, decidió sacrificar a su reina y entregar a su príncipe a los Grandes, buscando completar el ritual de sangre que les otorgaría la Grandeza a través de la Luna Roja. Fue por ello, que tras revelarse la verdadera naturaleza de la Sangre Divina, un don de los Grandes, capturaron a la reina y le arrebataron de su vientre el hijo nonato. Ella, murió, y su hijo desapareció del mundo de los hombres, dejando solo como prueba de su existencia, su llanto continuo.

Así pues, tras dar sepultura a la reina Yharnam, Pthumeru y sus habitantes fueron testigos de la Sabiduría Arcana, recibiendo así la bendición de los dioses.

Sin embargo, los Grandes, al ver el poder que estos acumulaban, y recelosos de poder perder el poder que tenían, acabaron con la civilización pthumeria y cubrieron con un velo el pasado de las tierras de Pthumeru desapareciendo para siempre de la memoria de la humanidad.

Hemwick, la Aldea Pesquera y los Sangrevil

No se sabe con certeza en qué momento se colonizaron las tierras de la costa. Si bien fue antes siquiera de la existencia de Yharnam como ciudad, Hemwick es el primer lugar cuyos orígenes legendarios se respaldan en pruebas físicas.

Cainhurst, una isla cercana a la costa de la actual Yharnam, fue ocupada por un clan guerrero descendiente de los pthumerios. Allí, y conocedores de las ruinas del antiguo Pthumeru, comenzaron a establecerse en la zona continental, fundando el pequeño pueblo de Hemswick, que servía de postigo a la ihyll de Cainhurts.

Hemswick pronto creció en tamaño y población y las casas comenzaron a extenderse a lo largo de la costa, nunca sobrepasando el límite sagrado del bosque de los Grandes.

Aún así, las Tumbas de los Grandes labradas en la piedra de la roca del viejo Lago, eran un lugar de peregrinación recurrente en el que los más valientes se adentraban con el fin de demostrar su fuerza y valentía.

Lo que los ciudadanos de Hemswick y los ihyll de Cainhurts no sabían era que de más allá del horizonte llegarían quienes supondrían el fin para la gloria del pueblo sangrevil; el cual renunciaba a los ecos de la vieja sangre y se saciaba de forma ritual con la sangre de sacrificios humanos.

A lo largo de las frías costas de las ruinas de Pthumeru, se fueron conformando grupos urbanos en los que, de forma independiente, familias enteras administraban sus bienes. Sin embargo, dichas familias no abandonaban su admiración y su respeto hacia la Ihyll de Cainhurts, la cual había prometido salvaguardarlos en caso de conflictos a cambio de un vasallaje.

Así de todos los centros urbanos, surgió la Aldea Pesquera, paralela en desarrollo y evolución a Hemwick. Esta aldea sirvió como lugar de abastecimiento y razón de exploración del pueblo sangrevil, el cual limitado por los valles y bosques sagrados, experimentaba verdaderas ansias de expansión y conquista.

Fue así como comenzaron a construír enorme navíos que le sirvieron como contacto con el mundo más allá de las costas del Bosque Prohibido.

La llegada de los Escolantes y Byrgenwerth

Pasó el tiempo y los ciclos de Luz y Oscuridad revelaron el lugar sagrado allí donde los Dioses una vez habían morado y engendrado a la Vida y la Muerte. La curiosidad científica fue la justificación perfecta para que de más allá del valle de la antigua Pthumeru arribaran expediciones de investigadores e investigadoras que ansiaban demostrar la existencia o no de los Grandes.

La única expedición exitosa fue aquella comandada por Willem y Laurence, que les permitió asentarse a orillas del Lago Lunar, allí donde se ocultaban las Tumbas de los Grandes marcadas con curiosas y titánicas lápidas y que bordeaban el lago sagrado y guardaban las puertas a las ruinas del viejo Pthumeru.

Las investigaciones de Willem y Laurence, junto con Rom, les condujo al descubrimiento de las ruinas pthumerias bajo las viejas piedras del Bosque Prohibido. Y allí, Laurence, con un grupo de escolantes, descubrió el ichor divino de la Vieja Sangre; una sustancia incorruptible y que se mantenía siempre líquida que inyectada en un cuerpo era capaz de curar cualquier mal.

Dicho descubrimiento fue puesto a prueba por los científicos de la universidad de Byrgenwerth, aquella fundada por la expedicion de Willem y Laurence en el viejo lago y que mantenía una buena relación con el pueblo de Hemwick. Sin embargo, los Sangrevil, conocedores del mal de dicha sangre, se mostraron reacios a permitir que los extranjeros explorasen libremente las catacumbas, y trataron de disuadirlos. Pero Laurence, quien estaba seguro de que aquella sangre era un regalo y una prueba de la existencia de los Antiguos Grandes, ignoró las advertencias de los Sangrevil.

Por otra parte, Willem y sus escolantes, que experimentaron científicamente con la sangre, pronto se dieron cuenta de la condición de esta, y consideraron la idea de abandonar el uso de esta y la experimentación con la misma.

El cisma de Byrgenwerth y Loran

Cuando Laurence se vio rechazado por Willem, y la ambición, que era una cualidad que siempre había caracterizado al escolante, fue a más, pronto decidió que Byrgenwerth y lo que ella representaba, era el atraso y la blasfemia, y decidió continuar con sus investigaciones por su cuenta. Así, acompañado de una cuadrilla de escolantes que le eran fieles, volvió a adentrarse en las viejas Catacumbas y descubrió que aquello que ellos habían encontrado, ya había sido descubierto años atrás.

Loran, una basta región de la que se desconoce si existía o no más allá del imaginario, había sido un reino independiente al Ihyll pthumerio, y que había sido bendecido con una piedra de sangre. Este reino, que disfrutó de los beneficios que los Grandes les proporcionaban sin descanso, creció y se expandió por el mundo. Sin embargo, cuanto mayor era el reino, mayores exigencias realizaban los loranianos a los Grandes y así fue como la Grande del miedo, Amygdala, puso fin a su existencia, primero, convirtiendo a los pobladores de Loran en bestias, que se mataban entre sí, creando pesadillas que los volvía locos, y finalmente, destruyendo su reino hasta convertirlo en un yermo polvoriento y arenoso. Aún así, conociendo la verdad de la historia del afligido Loran, Laurence y su cuadrilla, siguieron su camino hasta las profundidades del laberinto, y allí, superando las ruinas que Amygdala, la diosa del Miedo había hecho el hogar de bestias inmundas, alcanzaron la reliquia sagrada del Cáliz de Isz. Y con la Vieja Sangre, Laurence invocó a los Grandes en el viejo altar, y a su llamada solo acudió uno, Ebrietas, la Hija del Cosmos.

Algo entonces hizo temblar la tierra, y el Mundo que antes permanecía oculto a los Grandes, pareció emerger de su profundo sueño para manifestarse. Laurence, que reconoció en Ebrietas la grandeza del Cosmos, comulgó con ella, y formaron un vínculo. Ebrietas, quien había perdido a su hijo, ofrecía su sangre y secretos a los hombres, y estos a cambio, le darían un niño.

Así pues, los Sangrevil, que supieron en seguida de la derrota de los custodios del Gran Laberinto, se opusieron a los deseos de Laurence, previniéndole del peligro de la sangre. Sin embargo, este ignoró sus advertencias, y mandó construír un templo en honor de la Grande que habían encontrado, así nació la Iglesia de la Sanación.

La Iglesia de la Sanación y el Origen de Yharnam

La Catedral, templo consagrado a la Vieja Sangre, irrumpió en el paisaje de los valles del antiguo ihyll pthumerio. Sobre las ruinas de la antigua ciudad, se izaban ahora banderas extranjeras e ídolos nuevos. Así el culto de la sangre nació y se extendió por el valle de Yharnam y los Bosques y la Costa.

Sin embargo, Hemwick, se mantuvo fiel a la corte Sangrevil, y renunció a la Iglesia. Pero el ser humano es débil en sus convicciones, y gentes, tanto de Hemwick como antiguos escolantes consagrados ahora a la religión, abandonaron las viejas aldeas y se congregaron en lo más profundo del valle, construyendo sus casas con piedra y adornando sus calles con nuevos ídolos, así como facilitando instalaciones que conectasen la ciudad con la Catedral. Así, aunque el Templo permanecía en lo alto del valle, la ciudad y sus gentes se mantenían en lo más profundo de su depresión, cobijados por su sombra, como símbolo de sumisión.

Laurence y sus compañeros, formaron una camarilla que asumió las funciones de gobierno del territorio y se denominaron a sí mismo Sumos Sacerdotes de la Sangre y legítimos herederos de los Grandes. Comenzó así una guerra interna entre aquellos adoradores de la Sangre y detractores y lo que había supuesto una pacífica separación era ahora un grave conflicto que tomó las vidas de muchos. La camarilla, quien fundó instituciones como el Alto Orfanato o la Plaza Redonda, dónde se erigieron monumentos a los héroes caídos, comenzó entonces a distanciarse del pueblo. El Coro -así se hicieron llamar- abandonó a su pueblo para centrarse en sus estudios sobre la Vieja Sangre y cruentos experimentos comenzaron a aterrorizar a las gentes de Yharnam. Así pues, cada vez eran más los extranjeros de tierras lejanas, enfermos o débiles de espíritu que llegaban a Yharnam con la intención de hallar una cura para su mal. Muchos fueron los que cayeron víctimas de la Sangre, muchos fueron los condenados por la Iglesia de la Sanación a una pesadilla sin fin.

La Guerra Sangrevil: Ejecutores y Caída de Hemwick

Para aquellos que formaban parte del Coro, la presencia de los Sangrevil y el control que estos ejercían sobre la población de Hemwick suponía un verdadero peligro. Así pues, la rivalidad entre la Iglesia y la Universidad, la cual mantenía cierta presencia en el consejo de Hemwick, fue la justificación perfecta para la masacre que sucedió en la población costera. Pronto, Hemwick se transformó en un osario, un terreno cuyas ruinas se llenaban de cadáveres putrefactos.

El Coro, que sabía que tras aquel ataque, despertarían la ira de los Sangrevil de la isla de Cainhurst, determinó que era necesario un cuerpo de soldados. Fue Logarius, quien encabezando un grupo de expertos asesinos, dirigió la incursión contra Cainhurst antes incluso de que los Sangrevil atacasen. Así pues, muchos murieron en combate, y así, ante el peligro inminente de perder a la reina, la corte Sangrevil ocultó la sala del trono a ojos de todo aquel que no fuera fiel a la sangre de la Corona. Sin embargo, Logarius, creyendo así poder asegurarse la erradicación completa de los Sangrevil, tomó como rehén a una niña, descendiente directa de la reina, y se asentó en los altos tejados del castillo.

La niña fue entregada a la Iglesia como signo de victoria sobre los Sangrevil, sin embargo, Logarius, quien había permanecido en el castillo, se autoproclamó nuevo rey de Cainhurst poco antes de morir, congelado, en los tejados, sentado en un endeble trono de madera que él mismo había ordenado construír con el fin de hacer más clara su superioridad.

Con su sacrificio, Logarius se convirtió en Mártir de la Iglesia, la cual convino en permitir a los ejecutores supervivientes el mantenerse como organización paralela a la iglesia y como principal culto a la figura de Logarius y enemigos autoproclamados de Byrgenwerth. Sin embargo, el objetivo de los Ejecutores ha sido siempre la reina Sangrevil, la cual se dice, permanece a la espera de un vástago. Se dice que el cadáver de Logarius, corrompido por la Vieja Sangre, sigue montando guardia sobre los altos tejados de Cainhurst, pero nada queda ya de su persona, salvo una carcasa vacía de alma, guiada por la voluntad ciega de una bestia y el odio visceral hacia los Sangrevil.

La Caída de la Iglesia de la Sanación

En Yharnam, a continuación del ataque a Cainhurst, Byrgenwerth se distanció de toda población y enclaustrado en su propio terreno, no volvió a entrometerse en los asuntos de la ciudad. Así pues, muchos yharnamitas acudían a la universidad con ansias de adquirir conocimiento y educarse en ciencia, sin embargo, muy pocos eran aceptados.

Así, Yharnam quedó completamente a merced de la Iglesia de la Sanación, la cual convencida de que su objetivo estaba próximo, comenzó a descubrir sus verdaderas intenciones, lo que supuso el estallido de varias revoluciones en su contra.

La Muerte de Laurence y el primer traidor

Lo que sucedió desde la caída de Cainhurts hasta el momento en el que Laurence fue cruelmente asesinado por Brador sigue siendo una incógnita. Se sabe que un cuerpo de soldados se fundó en el fondo del valle de Yharnam, y que la ciudad creció a una velocidad vertiginosa hasta alcanzar el tamaño actual, sin embargo, solo se puede teorizar sobre lo que llevó a que Yharnam se incendiara y el Coro no hiciera nada por evitarlo.

Antes de la Tragedia que asoló el Viejo Yharnam (así se le denomina actualmente a lo que se puede considerar como la población asentada en el fondo del valle, a pies de la colina de la Catedral y al rededor de la Iglesia del Buen Cáliz) una revolución estalló en Yharnam.

Poco a poco, las advertencias que los extintos Sangrevil habían hecho sobre el consumo abusivo de la Vieja Sangre se fueron cumpliendo. Y los primeros en caer fueron aquellos miembros del Alto Coro de la Iglesia, o eso se cree. Laurence, la primera víctima de la Sangre, dícese que se transformó en un tremebunda bestia y que fue Brador, un asesino contratado por los enemigos de Laurence en Yharnam, quien le puso fin. Sin embargo, la Iglesia, que ya era consciente entonces de lo que sucedía al abusar de la Vieja Sangre, compró el silencio de Brador y le recompensaron con una campana sorda la cual atrae la muerte de quien la toca.

Así, la Iglesia, convirtiéndolo en prisionero del silencio y exiliándolo de Yharnam, aseguró que su secreto permaneciera oculto durante mucho tiempo, hasta que la Plaga de Bestias no pudo contenerse más.

Los Primeros Cazadores y la Aldea Pesquera

Ante la situación innegable de pandemia, la Iglesia de la Sanación se hizo con un cuerpo de soldados de élite que actuaban de forma rápida y limpia, con el objetivo de acabar con las bestias y silenciar aquellas voces que apuntaban a la iglesia de forma directa como culpable de la aparición de las bestias.

Así pues, Gehrman, un yharnamita educado en Byrgenwerth y que había abandonado la universidad y unido fuerzas con Laurence cuando exploraraban el Gran Laberinto, fue el primer Gran Cazador de la Iglesia y el encargado de fundar una logia de cazadores de bestias que acabaran con la plaga.

A pesar de esto, la Iglesia no había perdido su interés en comulgar con los dioses y ascender. Llegaron noticias de la Aldea Pesquera que prometían a la Iglesia satisfacer sus ambiciones. Resultó que Kos, o Kosm, la Grande del Mar había arribado la costa y descansaba sobre la arena bendiciendo a los aldeanos con prosperidad y protección. Esto, a ojos de la Iglesia, era una provocación directa, pues aquella aldea había servido al reino de Cainhurts y permanecía independiente del protectorado de Yharnam. Se envió entonces a los Cazadores de la Gherman, y con ellos al mismo Gherman y a su aprendiz, María, a la Aldea Pesquera para que tomasen las medidas convenientes.

Así lo hicieron. Y ocurrió entonces que los cazadores dieron con una población que había trascendido su naturaleza humana y se servía de secretos arcanos. Esta población de humanos transformados en hombres-pez se reveló contra la presencia de los Cazadores y de la Iglesia. Tanto María como Gherman fueron los encargados de encabezar la guerra de guerrillas que ocupó su campaña y finalmente, habiendo masacrado a aquellas aberraciones dieron con el cuerpo de Kos, que yacía muerto en la playa. En el vientre de la diosa parecía haber germinado vida, pero ningún grande ha parido jamás un hijo vivo. Así es que Gherman, enviando a María lejos (pues no quería que viera su crimen) tomó su guadaña y mató a la diosa y a su hijo, llenando la playa de sangre.

Distritos

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